Castillo de Atienza, Guadalajara

El castillo de Atienza es una antigua fortaleza musulmana ubicada en la localidad española de Atienza, en la provincia de Guadalajara, Castilla-La Mancha. Fue construido entre los siglos XI y XII.

Atienza fue una antigua ciudad celtíbera que los cronistas latinos mencionan como uno de los puntos de resistencia más ardua contra los invasores romanos. Solo cuando cayeron Numancia y Termancia, los césares romanos pudieron decir que Atienza era suya.

Los romanos construyeron una atalaya en Atienza, y luego los árabes la usaron como uno de sus enclaves de resistencia más fuertes contra los cristianos durante la Reconquista.

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Rodrigo Díaz de Vivar decidió no luchar contra este castillo musulmán porque lo consideraba demasiado fuerte. Durante la Edad Media, esta fortaleza fue el escenario de varias batallas. Entre 870 y 874, fue reconquistada por Alfonso III el Magno, pero volvió a caer en manos de los moros poco después.

Atienza y su castillo fueron conquistados definitivamente en 1085, cuando Alfonso VI tomó Toledo. En 1149, Alfonso VII otorgó un gran territorio comunal a Atienza. Durante el reinado de Alfonso VIII, la villa progresó mucho y el castillo alcanzó su aspecto final, construyéndose un segundo y más grande cinturón de murallas. Alfonso VIII siempre tuvo un gran cariño por Atienza, ya que cuando era niño fue salvado por sus habitantes de la persecución de su tío y regente Fernando de León. Esto fue el origen de la Caballada de Atienza, una de las fiestas más antiguas que todavía se celebran en España.

Durante el siglo XV, hubo muchos conflictos armados que causaron graves daños a la villa y al castillo de Atencinos. Las tropas del rey de Navarra tomaron el control de la posición. Más tarde, el castellano Juan II, con la ayuda del condestable Álvaro de Luna y un gran ejército, sitiaron y conquistaron la villa. La lucha fue tan intensa que tuvieron que destruir y quemar gran parte de la población para expulsar a los navarros.

El Castillo de Manzanares fue usado para muchas cosas a lo largo de los años, desde una cárcel para nobles hasta una residencia para Felipe V. Sin embargo, comenzó a deteriorarse en 1811 y desde entonces ha permanecido en ruinas hasta la actualidad.

El castillo se encuentra en la cima de una colina rocosa. Esta parte superior es estrecha y alargada, y contiene los restos de lo que fue una fortaleza tanto musulmana como cristiana. En el centro hay dos pozos profundos que se usaban para recoger el agua de la lluvia.

En la esquina sur se encuentra la torre del homenaje. Esta tiene una estructura sencilla, con una planta cuadrada, una puerta en la planta baja, salas interiores y una escalera en el muro que asciende a las plantas superiores.

Desde la terraza de la torre se puede disfrutar de un hermoso panorama. Como elemento defensivo destaca el garitón volado, único en toda la estructura y ubicado en la esquina más meridional de esta parte del castillo.

Aún en la cima, podemos ver los restos de la entrada al castillo. Está formada por dos torres que flanquean una puerta. Esta puerta se encuentra en el camino de ronda.
Es una vista impresionante, que nos recuerda la grandeza de este lugar.

Simboliza los valores que conforman la belleza del pasado, la cultura española e incluso la mezcla de tradiciones a lo largo de la historia. Que lo disfruten por completo, todos los que tengan la oportunidad de visitarlo. ¡Viva el Castillo de Atienza!