Castillo de Conil de la Frontera, Conil de la Frontera

El castillo de Conil de la Frontera, también conocido como castillo de los Guzmanes, castillo de Guzmán el Bueno y castillo de la Torre de Guzmán, se encuentra ubicado en el centro de la localidad española de Conil de la Frontera. Fue declarado como un Bien de Interés Cultural en 1985 y es considerado un monumento.

Hacia 1295, Alonso Pérez de Guzmán «El Bueno» construyó un castillo. Aún quedan restos visibles, como partes del baluarte del mar, la zona baja de las dependencias del palacio que dominaba la playa, y unos cuartos altos con un mirador. De la muralla sólo quedan algunos vestigios de la zona norte, con una torre cilíndrica, muros y su paso de ronda.

Actualmente, se conserva la torre del homenaje, de planta cuadrada, fabricada de cantera y hormigón. Tiene dos pisos y está defendida con matacanes.

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En los años ochenta, algunas partes de la muralla del flanco sur y de poniente fueron demolidas, incluyendo la puerta que llevaba al patio de armas. La torre, sin embargo, fue restaurada en 1992, manteniendo su imagen barroca de la última intervención del siglo XVIII. Hoy en día, la torre se ha consolidado y se usa como una atalaya en Conil.

La Torre de Guzmán era una imponente torre de homenaje. Tenía 17,5 metros de altura y una planta casi cuadrada de 7,50 x 7,75 metros. Estaba compuesta por dos cámaras con bóvedas de ladrillo. La escalera lateral en el muro noroeste llevaba a la cámara superior, mientras que al sureste estaba la escalera que llevaba a la azotea mirador. Los pretiles con merlones de sombrerete piramidal y almenas encintadas de almagra eran posteriores a los originales, y en las esquinas había escargaitas sobre matacanes para la autodefensa del edificio en caso de asedio.

Durante los últimos setecientos años, la torre ha resistido el paso del tiempo gracias a la excelente construcción de piedra arenisca local. Sus cuatro esquinas fueron unidas con encadenados y adarajas, que no necesitaron ningún tipo de refuerzo hasta 1992. Los huecos entre cadenas se rellenaron con mampuestos y argamasa, y algunas verdugadas de cantería para asegurar la estructura. Finalmente, la torre fue enfoscada para protegerla y darle un toque de elegancia.

Es posible que la torre hubiera tenido otra entrada a la planta baja, pero fue bloqueada durante la restauración de 1992. Se descubrieron diferentes usos e intervenciones que hicieron que las dos cámaras se comunicaran entre sí, con una apariencia más hogareña que defensiva. Probablemente, la única forma de llegar a la cámara superior era desde el mirador del palacio.

Hace mucho tiempo, el Rey Sancho IV «El Bravo» otorgó a Alonso Pérez de Guzmán «El Bueno» las posesiones de costas entre el río Guadiana y el reino de Granada. Como resultado, Alonso construyó el castillo de la villa de Conil en 1295. Esta villa fue conocida como Torre de Guzmán, ya que dentro del castillo se construyó una torre de homenaje que fue el elemento visual y ordenador del desarrollo urbano.

La decisión de construir un castillo con su torre defensiva fue tomada por su potestad jurisdiccional. Desde entonces hasta el posterior ducado de Medina Sidonia, el castillo controlaba el dominio de las almadrabas de la costa y sus edificaciones anexas. Estas edificaciones incluían chancas, torres almenaras y de pesca, señalizaciones y otros recintos. Estos recintos eran necesarios para el desarrollo de la principal actividad económica de la Baja Edad Media: las pesquerías del atún rojo.

Durante siglos, la villa de Conil fue objeto de numerosos ataques. Para protegerla, se construyó un sistema de murallas que se reedificó varias veces. Esto permitió que se establecieran hasta cuatro regimientos fijos a partir del siglo XVI.
Además, se estableció un régimen de monopolio de las almadrabas que duró hasta el Decreto de abolición de las Cortes de Cádiz de 1814. Esto garantizó la seguridad de la villa durante muchos años.

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