Castillo de Requesens, La Junquera

El castillo de Requesens se encuentra en una colina con vistas a los valles del monte Neulós, a unos 7 km al este de la localidad de Requesens. Esta área pertenecía al antiguo pueblo de Requesens, que ahora forma parte de La Junquera.

El conde Ponce I de Ampurias dirigió un memorial de agravios a su primo, el conde Gausfredo II, y a su hijo, Guislaberto II. Esto ocurrió entre 1040 y 1071.

En el memorial, Ponce I protestaba por la construcción de un castillo, llamado «castrum de recoser», por parte de Gausfredo II y Guislaberto II. Esto se había hecho en un alodio que estaba confiado a Ampurias.

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A finales del siglo X, los condados de Rosellón y Ampurias se separaron, lo que desencadenó una disputa entre ellos. Los condes de Rosellón mantuvieron el control sobre el condado de Ampurias hasta su extinción. En 1075, el señorío de Requesens fue reconocido en un acuerdo entre los condes y el castillo de Requesens (castrum Rechosindo) fue mencionado en la renovación de este acuerdo en 1085 y en otro convenio del año 1121. Los condes roselloneses o los personajes a los que se les infundó el castillo tenían un «castlà» (señor del castillo) que durante la primera mitad del siglo XII era un miembro de la misma familia condal, lo que demuestra el interés que tenían.

Los personajes estaban comprometidos con el conde de Ampurias y el vizconde de Perelada, quienes tenían territorios que incluían la fortaleza de Requesens. Durante el siglo XII, hubo muchos enfrentamientos entre ellos debido a la alianza entre los Rocabertí, vizcondes de Perelada, y los condes de Rosellón. Esto llevó a la «Guerra de Requesens» (1047-1072), que comenzó cuando el conde Ponce II de Ampurias tomó el castillo. Esto preocupó al conde, ya que sus dominios quedaron aislados y rodeados por tierras del conde de Barcelona, quien se apoderó del condado en 1172. Para calmar la situación, el rey Alfonso II renunció a sus derechos sobre Requesens a favor del conde de Ampurias, quien obtuvo el control completo.

Quedan muy pocos restos del castillo que es el protagonista de esta historia. Estos restos se encuentran en la parte superior del recinto, que en el siglo XIII se conocía como la fortaleza mayor o de arriba. Esta fue construida cuando se construyó el nuevo recinto exterior.

A finales del siglo XII y durante el siglo XIII, varias personas con el apellido Requesens aparecen documentadas. Estas personas eran castellanos o señores del castillo por el conde de Ampurias. Por ejemplo, Arnau de Requesens (muerto después del 1256) está documentado en Gerona en 1181 y Guillermo de Requesens (muerto después del 1262) fue señor del castillo. Se cree que esta saga de señores del castillo es de donde proviene el linaje de los Requesens, que eran mercaderes y ciudadanos, y que más tarde fueron ennoblecidos (condes de Palamós). Estos Requesens están documentados en Tarragona desde 1272 y dieron personajes importantes en la historia de Cataluña durante los siglos XV y XVI. Guillermo de Requesens adquirió la torre o fuerza de Cabrera en la ciudad de Gerona, llamada castillo de Cabrera y después de Requesens, que se tenía en feudo de los Montcada. La herencia de Guillermo pasó a Botonac y más tarde (principios del siglo XIV) a Castellnou, nobles roselloneses que a veces también se apellidan Requesens.

Durante la lucha contra la Corona de Aragón, el castillo y su señor, el conde de Ampurias, fueron atacados por los franceses en el verano de 1285. Sin embargo, no lograron tomar el castillo. En 1288, un ejército francés al servicio de Jaime II de Mallorca invadió el Ampurdán y logró ocupar y saquear el castillo por un corto periodo de tiempo. Esto fue documentado por Bernat Desclot en su Crónica.

Pedro I de Ampurias (1325-1341) adquirió el castillo de Requesens de los Castellnou, completando así su dominio condal. El castillo se mantuvo bajo el control de los condes de Ampurias hasta 1402, cuando el testamento del último conde, Pedro II de Ampurias, fue declarado nulo.

Este testamento fue invocado con éxito por el vizconde Dalmau VIII de Rocabertí para obtener algunos bienes del antiguo condado de Ampurias, entre ellos el castillo de Requesens (1418), por donación de Alfonso el Magnánimo. Los vizcondes de Rocabertí mantuvieron la posesión del castillo hasta finales del siglo XIX.

Entre 1893 y 1899, el castillo de Perelada fue totalmente reconstruido por sus propietarios, los últimos condes de Perelada. Tomás de Rocabertí-Boixadors Dameto y de Verí y su hermana Juana-Adelaida, querían convertirlo en una residencia de verano. Esto se hizo de acuerdo con los criterios neomedievales que estaban de moda en ese momento. Esto también se hizo en el castillo de Peralada.

Esperamos que este artículo le haya proporcionado una mejor comprensión de los maravillosos detalles y la historia detrás del Castillo de Requesens. ¡Hasta la próxima!