Castillo del Rey, Zaragoza

El castillo del Rey es una antigua fortaleza cristiana ubicada en Villarroya de la Sierra, una localidad de la provincia de Zaragoza. Está abierto al público y se puede visitar sin costo.

Tras la reconquista de la ciudad en el siglo XIII, se construyó una fortaleza para fortalecer las defensas de la villa. Esta fortaleza, conocida como el castillo del Rey, es de menor tamaño que el castillo de la Reina. Está construida en mampostería con refuerzo de sillares en las esquinas y su torreón presenta un aspecto formidable. Tiene unas dimensiones de unos 7 por 9 metros de base y llega a alcanzar unos 20 metros de altura. Conserva el remate almenado.

Durante la guerra de los Dos Pedros, el castillo del Rey junto al castillo de la Reina y la iglesia fortificada de San Pedro formaban los núcleos fuertes de resistencia de la villa. A pesar de haber sido reforzadas a lo largo del siglo XIV, ambas fortalezas no pudieron evitar que la población cayera en manos castellanas por dos ocasiones.

Visita Castillo del Rey

El Castillo del Rey forma parte de los castillos que se consideran Bienes de Interés Cultural de Aragón, según lo establecido en la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés. Esta lista fue publicada en el Boletín Oficial de Aragón el 22 de mayo de 2006.

Estamos seguros de que esta visita al Castillo del Rey ha despertado su interés por explorar aún más la región. La próxima vez que visite el Castillo del Rey, asegúrese de tomar el tiempo para una visita profunda y considere quedarse unos días para disfrutar completamente su experiencia. ¡Buen viaje!

Castillo del Rey en Zaragoza

Localización: Zaragoza

País: España

Construcción: Siglo XIII

Ubicado en: Villarroya de la Sierr

Mapa Castillo del Rey

10 comentarios en «Castillo del Rey, Zaragoza»

  1. ¡Este Castillo del Rey en Zaragoza parece sacado de un cuento de hadas! ¿Alguien ha visitado y puede contar su experiencia? 🏰😍

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    • A mí personalmente no me parece tan maravilloso, más bien es un montón de piedras viejas. Pero para gustos, colores, ¿no? Aunque prefiero descubrir secretos más emocionantes que los de un castillo.

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