Castillo-Palacio de Albalate del Arzobispo, Teruel

El Castillo-Palacio Arzobispal de Albalate del Arzobispo es un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural. Está situado en una pequeña meseta en un altozano en la comarca del Bajo Martín, provincia de Teruel, España. Desde allí se desarrolló el primer núcleo de la población, rodeado por el río Martín. Está protegido por la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés, y según la Orden de 17 de abril de 2006, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, del Gobierno de Aragón.

Visita Castillo-Palacio de Albalate del Arzobispo

El castillo-palacio de Albalate fue construido con el apoyo del arzobispado de Zaragoza. Desde 1149, cuando fue reconquistado por las tropas de Ramón Berenguer IV, Albalate pasó a ser un señorío del arzobispado de Zaragoza. Esto se refleja en el nombre de la localidad (Albalate del Arzobispo) y en su escudo.

Vicente Bardavíu, un erudito sacerdote y párroco de Albalate del Arzobispo, menciona que el castillo ya se mencionaba en 1240. Sin embargo, las grandes obras de restauración y ampliación se llevaron a cabo cuando el área pertenecía a don Ximeno de Luna (1296-1309). Además, Bardavíu afirma que las obras del castillo-palacio se aceleraron mucho cuando el arzobispado de Zaragoza estaba bajo el control de Dalmacio de Mur y Cervellón (arzobispo de Zaragoza entre 1431 y 1456), quien prácticamente terminó el edificio. Por lo tanto, se cree que el palacio estuvo completado a mediados del siglo XV.

Debido a su origen musulmán y ubicación estratégica, no es sorprendente que antes de la conquista cristiana hubiera un castillo o alcazaba árabe en la zona, aunque no hay restos de él en la actualidad.

El castillo de Albalate del Arzobispo fue construido en el siglo XIII y se completó a mediados del siglo XIV, aunque se hicieron algunos cambios en los siglos posteriores. Algunos autores creen que el castillo se construyó sobre una antigua fortaleza musulmana, pero no hay ninguna evidencia de ello.

Esta obra de fábrica es un castillo gótico de piedra de sillar y ladrillo, con decoración en cerámica. Se usaba como una construcción defensiva y como un palacio residencial para el señor que lo habitaba. Esto simbolizaba el prestigio y el poder del señor, diferenciándolo del resto de la población.

Para cumplir con su función de prestigio, el castillo-palacio se construyó en una extensión considerable, ubicada en un lugar estratégico para su uso como punto defensivo. Estaba dividido en dos partes: la zona residencial, ubicada en el lado sur, y el recinto exterior.

El recinto se configuraba como un cuadrilátero alargado, con el castillo en un extremo y el patio de armas en los laterales norte y oeste. Estas áreas tenían amplias salas con cubierta en bóveda, a las que se accedía por un arco apuntado. El lado oriental estaba cerrado por un muro con una puerta de acceso.

La zona residencial tenía una planta cuadrilátera con patio central abierto, rodeado por una serie de estancias. La casa señorial se encontraba en la crujía del sudeste, mientras que el resto de las crujías eran construcciones de una sola planta.

El recinto tenía murallas que cambiaron y se ampliaron con el paso del tiempo, especialmente durante el siglo XIX. Para hacerlo, se usaron materiales de otras construcciones y también materiales nuevos.

Esperamos que este artículo ha actuado como una ventana hacia el tesoro histórico que alberga este castillo-palacio. Que la historia, las leyendas y las anécdotas vividas allí os hayan cautivado. ¡Nos vemos en Albalate del Arzobispo!