Muralla de Algeciras

El Parque Arqueológico de las Murallas Meriníes de Algeciras se encuentra en la Avenida Blas Infante, justo al lado de la Villa Nueva. Fue descubierto en 1997 y abarca un área de 6.000 metros cuadrados. Además, hay un Centro de Interpretación de la Cultura Andalusí cerca, para que los visitantes puedan aprender más sobre la historia de la región.

En 1996, el cuartel de infantería que se encontraba en el lugar donde hoy se ubica el parque arqueológico fue demolido para urbanizar la zona. El plan inicial era ampliar la Avenida de Blas Infante para conectarla con el paseo marítimo.

Sin embargo, las primeras excavaciones realizadas en el terreno revelaron su gran potencial arqueológico, lo que provocó una gran preocupación entre la comunidad por la posible destrucción de los restos si se llevaba a cabo el proyecto.

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En 1997, se celebró en la ciudad una Conferencia Internacional sobre fortificaciones en Al-Ándalus. Durante este evento, los investigadores presentaron los resultados de sus excavaciones y recomendaron conservar los restos. El equipo de gobierno de la ciudad decidió entonces cambiar los planes iniciales para preservar los restos. El yacimiento permaneció abandonado durante nueve años hasta que, en 2006, se firmaron acuerdos entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la ciudad para poner en valor los restos. Finalmente, en noviembre de 2009, el alcalde de la localidad, Tomás Herrera Hormigo, el presidente de la Diputación de Cádiz Francisco González Cabaña, la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía Rosario Torres y el subdelegado del Gobierno Sebastián Saucedo Moreno inauguraron el parque arqueológico y el Centro de interpretación de la cultura andalusí.

Debido a la destrucción y posterior abandono de la ciudad de Algeciras en 1379, no hay mucho patrimonio arqueológico. La zona de la ciudad donde se encontraron los restos de la muralla meriníes se conoce como Villa Vieja de Al-Yazirat Al-Hadra o Recinto Norte. Cuando se hicieron las excavaciones, no había ninguna construcción antes de 1730, excepto un pequeño lienzo de 10 metros que se pensaba que era parte de la muralla en la parte baja de lo que ahora es el parque, en la calle Santiago. Esto llevó a los investigadores a creer que en la zona podían haber restos del recinto norte, por lo que se realizaron excavaciones antes de que el ayuntamiento obligara a hacer catas dentro de la zona de cautela arqueológica.

Encontramos restos de un tramo de muralla con cuatro torres, un foso y una puerta llamada Puerta de Gibraltar o del Fonsario. Esta puerta tenía dos puentes que conectaban el foso con la puerta y la puerta con la liza. Además, durante las excavaciones descubrimos un cementerio con varias fases de ocupación, que se menciona en fuentes medievales.

Quedan aproximadamente 200 metros de la muralla original. En la parte norte hay torres y en la parte sur hay viviendas, excepto en la zona cercana a la puerta, que está despejada. No sabemos cuál es la altura de la muralla, si las torres están al mismo nivel que ella o si están almenadas. La anchura de la muralla al principio es de entre 1,5 y 2 metros. Está hecha con un núcleo de mortero y revestida con hiladas de mampostería.

Las cuatro torres del parque están construidas con muros de mampostería cubierta de sillares bien labrados. Estos tienen forma troncopiramidal para encajar mejor en la estructura del núcleo de mortero. Las dimensiones de los restos conservados son de unos siete metros de lado y apenas dos de altura.

A un metro del alzado se pueden observar las hiladas de mampostería retiradas por los destructores de la ciudad en 1379. Esto con el objetivo de colapsar la estructura y provocar su caída. Se conservan numerosas marcas de cantero en los sillares, lo que demuestra el trabajo de varias cuadrillas de trabajadores procedentes de Castilla y Aragón.

Las torres se encuentran separadas entre sí por unos 20 metros. Los restos conservados nos muestran que eran macizas. Esto significa que lo más común era que las torres hubieran sido huecas a partir de cierta altura.
Entre alguna de las torres se observa un muro de argamasa de muy mala calidad. Esto fue interpretado inicialmente como un intento de reparar los lienzos de muro destruidos durante el último asedio a la ciudad en 1344 o como un refuerzo para estos.

Deseamos que esta información te haya ayudado a entender mejor la Muralla de Algeciras y los valiosos monumentos y tradiciones que encierra. Despedimos con la esperanza de que sigas disfrutando de los tesoros de nuestro patrimonio. ¡Adiós!