Muralla de Cabeza Baja de Encina Hermosa, Jaén

El Cerro de Cabeza Baja de Encima Hermosa se encuentra en Castillo de Locubín, Jaén, España. Esta meseta alargada se extiende desde el noreste hasta el suroeste, con una altura máxima de 810 metros sobre el nivel del mar. Las pendientes son muy empinadas en todas direcciones. Los arroyos de Chiclana al oeste y de la Piedra al este rodean la meseta, y ambos desembocan en el río San Juan. Este río, que es un afluente del Guadajoz, nace de la confluencia de varios arroyos de la Sierra de Valdepeñas de Jaén con el Guadalcotón, que es el paso natural de la comarca hacia el sur.

La meseta se encuentra en el centro de la cuenca del río. Esta ubicación es ideal para explotar el valle. El valle está cerrado al sur por las sierras de San Pedro y La Camuña, al norte por las de Ahillo y La Grana, al este por La Morenita y el Marroquí. Además, antes de desembocar en el río Guadajoz, atraviesa Sierra Caniles. Estas elevaciones tienen características similares a las del subbético jiennense.

Junto al río, los depósitos erosivos más recientes permiten el desarrollo de suelos fértiles. Estos suelos son ideales para cultivos de huerta, ya que ofrecen la posibilidad de regar.

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Los materiales se encuentran dispersos por toda la meseta y sus laderas. La mayoría de los materiales se concentran en la cima de la meseta, lo que sugiere que el asentamiento se limita a la parte alta. Además, hay restos de construcciones en la superficie. La presencia de cerámica en las laderas se debe a la erosión.

Cabeza Baja fue habitada por primera vez durante la Edad del Cobre, como lo demuestran los hallazgos de cerámicas hechas a mano, como platos con bordes gruesos, cuencos y cazuelas. Más tarde, durante la época ibero-romana, se estableció un asentamiento fortificado con una muralla de aproximadamente tres metros de ancho que rodeaba el área habitacional, lo que lo convierte en un oppidum.

En 1986, se realizó una excavación de urgencia en Cabeza Baja, que ofreció datos arqueológicos importantes para entender la entidad del yacimiento. Los resultados mostraron edificios de planta rectangular con paredes construidas con aparejo irregular, revocadas y estucadas en rojo, o bien encaladas. Algunas de estas dependencias se identificaron como un pequeño complejo termal, una cisterna y restos de una prensa de aceite de principios del siglo I. El hallazgo más importante fue en la zona central de la meseta, donde se encontraron los restos de una domus de planta cuadrada, con un pórtico elevado sobre el nivel de la calle. Esta domus tenía dependencias dispuestas alrededor de patios y conectadas por corredores longitudinales, que los excavadores identificaron como tabernae. Los datos arqueológicos indican que el oppidum de Cabeza Baja de Encina Hermosa se desarrolló entre finales del siglo III a. C. y mediados del siglo II d. C.

Esta muralla es una excelente y única opción para explorar la historia y la cultura local. Esperamos que ahora tenga una mejor idea de lo que la Muralla de Cabeza Baja de Encina Hermosa tiene para ofrecer. ¡Visita pronto y disfruta de la experiencia de primera mano! ¡Buen viaje!