El Castillo de Calaf se encuentra en la parte superior de la ciudad de Calaf, en la cima de una colina. Desde el castillo, se podía vigilar el pueblo y toda la llanura circundante, que contenía varias rutas de comunicación importantes. Se considera una de las fortificaciones más importantes de la región, y se relaciona con otros edificios de planta poligonal, como el cercano castillo de Mirambel.
Pasadas las devastaciones de Almanzor y de su hijo Abd al-Malik, el conde Ramón Borrell y la condesa Ermesenda decidieron repoblar el territorio de Segarra. Esto ocurrió entre los años 1010 y 1015.
En el año 1015, el obispo Borrell de Vich entregó el territorio al levita Guillermo de Oló, quien era castellano de Mediona y Clariana. Esta marca de Segarra incluía los tres montes de Calaf, Calafell y Ferrera.
En 1038, se estableció la estructura feudal. Los obispos de Vich eran los señores eminentes, mientras que los vizcondes de Cardona eran los feudatarios. Estos designaron a los castellanos, cuyas familias cambiarían con el tiempo.
En el siglo XII, se documentó una familia de nombre Calaf, que probablemente era castellana del castillo.
En 1318, el castillo de Calaf se unió al vizcondado y, a partir de 1375, pasó a formar parte del condado de Cardona. Según el censo de 1359, Calaf tenía 63 hogares y estaba dentro de la jurisdicción de Cervera. La familia Cardona era dueña de la villa de Calaf.
En 1462, durante la guerra de la Generalidad contra Juan II, el castillo fue descrito como «muy fuerte y defensivo». En 1602, se mencionó la capilla del Castillo. Durante visitas anteriores al 1630, se hablaba a menudo de la iglesia de San Pedro del Castillo. En 1781, el castillo quedó en ruinas, pero desde entonces se han realizado varios trabajos de restauración para devolverlo a su antiguo esplendor.
Esta fortaleza tiene una forma poligonal de cinco lados, con una longitud y anchura de 28 metros. Los muros tienen un grosor de entre 270 y 300 centímetros, y algunos de ellos tienen una altura de hasta 10 metros. En el ángulo nordeste había una planta circular, pero ahora está completamente derrumbada. Los muros están hechos con grandes sillares bien escuadrados, de 30 x 35 centímetros, y la puerta se encuentra en la parte meridional, que da a la población.
Ha sido un placer mostrarles las bellezas del Castillo de Calaf. Nos despedimos ofreciendo la posibilidad de descubrir en tus propias palabras esta maravillosa postal de España. ¡Que lo disfrutes!