Castillo de los Calatravos, Alcañiz

El Castillo de los Calatravos se encuentra en Alcañiz, Teruel, España. Fue construido por la Orden de Calatrava, que tuvo un papel importante en la reconquista de la villa en 1157. Las partes más antiguas del castillo datan de los siglos XII y XIII, destacando la capilla, el claustro y la torre del homenaje con pinturas murales góticas lineales de principios del siglo XIV. La fachada es del siglo XVIII. Estas pinturas tienen temas caballerescos y juglarescos.

Durante los siglos XIV y XV, el castillo recibió elementos de ornamentación mudéjar. Estos se agregaron tanto al castillo como a las murallas que lo rodeaban. Desde 1968, el castillo alberga un parador nacional de turismo. Esto lo convierte en un lugar ideal para visitar y disfrutar de la historia y la cultura de la región.

El Castillo de los Calatravos se encuentra en la cima de una colina y ha sido un punto estratégico desde la época romana y durante la ocupación musulmana. A lo largo de los años, ha servido como castillo, palacio, cárcel, cuartel, cementerio y residencia. Actualmente, es el lugar donde se encuentra el Parador de Turismo «La Concordia» de Alcañiz. Debido a esto, el edificio original ha sufrido muchas reformas y modificaciones, dando lugar a una construcción ecléctica de estilo y planta.

La parte más antigua del castillo se encuentra en el nordeste. Allí hay una torre de homenaje y una capilla que datan de finales del siglo XII y principios del siglo XIII.

Alcañiz se convirtió en territorio aragonés a mediados del siglo XII. Los señores Sancho Aznárez, don Palacín Beltrán de Santa Cruz y don Artal de Aragón se hicieron con la propiedad de la ciudad. Ramón Berenguer IV otorgó a Alcañiz el Fuero Real en 1157, lo que permitió una expansión territorial. Finalmente, en 1179, Alfonso II de Aragón entregó el castillo, junto con una serie de aldeas y lugares relacionados con la villa, a la Orden Militar de Calatrava. Esto hizo que el castillo se convirtiera en la sede de la Encomienda.

Los habitantes de Alcañiz estaban cada vez más independientes, con el apoyo de los reyes de Aragón, y su importante comunidad judía. Esto chocaba con los señores de Calatrava que controlaban el castillo. En 1283, los habitantes de Alcañiz se rebelaron contra el poder de la Orden de Calatrava, pero al final la Orden logró vencer.

En el siglo XIV, la Encomienda Mayor de Calatrava no respetaba los derechos que Ramón Berenguer IV había otorgado a la villa con la Carta de Población en 1157. Durante este tiempo, comenzaron a construirse el claustro y una serie de edificios alrededor de él, así como la decoración mural de la Torre del Homenaje.

Cuando el monarca Martín I de Aragón falleció sin dejar descendencia, la villa de Alcañiz se convirtió en la residencia del parlamento aragonés. El Castillo de los Calatravos fue el lugar donde se alojaron entre septiembre de 1411 y julio de 1412.

De allí salieron los nueve jueces o compromisarios que debían elegir un nuevo rey para Aragón. Esto se conoció como la «Concordia» de Alcañiz. Esta fue una decisión importante para el futuro de Aragón.

Durante el siglo XVIII se realizó una gran reforma que transformó el antiguo castillo medieval en un típico palacio aragonés conocido como Palacio de los Comendadores. Esta reforma incluyó una fachada de grandes dimensiones, rematada por dos grandes torres cuadradas, un camino de ronda y una rampa.

Destacan por su gran interés las bellas pinturas murales de estilo gótico-lineal de principios del siglo XIV, consideradas como uno de los conjuntos más importantes de Aragón. Además, en el interior de la capilla se encuentra el sepulcro labrado en alabastro de Juan de Lanuza, obra contratada por Damián Forment en 1537.

Durante la Guerra de la Independencia, el castillo fue tomado por los franceses, pero las tropas españolas lo recuperaron en 1813. Durante las Guerras Carlistas, el castillo de Alcañiz fue convertido en cuartel por Ramón Cabrera.

Esta joya histórica es un ícono para todos aquellos que aman la arquitectura y la historia. Contar con la oportunidad de admirar el Castillo de los Calatravos desde su construcción hasta la actualidad es un privilegio que no todos poseen. Desde aquí, despedimos a los lectores, les deseamos una excelente jornada y no olviden seguir siendo partícipes de la maravilla de la historia.

Algún comentario o error

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *