El Castillo de Saldes es una fortaleza ubicada en el municipio de Saldes, en la provincia de Barcelona. Está declarado como un Bien Cultural de Interés Nacional. Se encuentra cerca del núcleo de Saldes, en una colina que domina el valle de la montaña.
Actualmente, el castillo se encuentra en ruinas, aunque ha sido restaurado. Está emplazado en una colina, con un muro que recorre la ladera hasta la cima. El perímetro está marcado por importantes muros.
Además, hay restos de edificaciones apoyadas en las rocas y una pequeña capilla románica en un extremo. También se conserva una nave de dos plantas con una cubierta de bóveda apuntada de piedra, hecha con sillares irregulares y hiladas escuadradas.
Los restos del castillo de Saldes son una maravilla para ver. Hay dos edificios que están relativamente bien conservados, y alrededor hay fragmentos de muralla, cimientos de otras construcciones antiguas y la iglesia que está al lado. Por el lado de mediodía, hay los restos en ruinas de dos casas antiguas. ¡Es un lugar increíble para visitar!
En el noroeste del castillo hay una muralla de 90 cm de grosor hecha con piedras irregulares y barro. El castillo se divide en dos partes: el recinto Jussà y el recinto Sobirà. El recinto Jussà tiene restos de habitaciones y murallas, mientras que el recinto superior tiene una fortaleza, la capilla de Santa María, una peña y otras edificaciones medio destruidas y cubiertas de vegetación.
El castillo de Saldes está compuesto por varios edificios y estructuras.
En 2001, se descubrió la complejidad del edificio, que constaba de dos recintos. El recinto Soberano contenía el cuerpo residencial, la capilla de Santa María del Castillo y otras estructuras. El portal de entrada al recinto conservaba el marchapié y los montantes del extremo oeste, y la primera hilada de levante con indicios del antiguo portal. Esto separaba el cercado soberano en dos zonas: la primera con el cuerpo residencial de dos plantas, y la segunda con varias construcciones. El recinto Jussà estaba formado por una serie de construcciones al sur del cuerpo soberano y definiendo la terraza inferior. Había una escala de acceso entre los dos recintos, separados por un muro. Al suroeste del muro se levantaba una torre cuadrada, de la que solamente se conservaban parcialmente las paredes sur, este y oeste. Adosadas a la muralla había una serie de edificaciones modernas, interpretadas como viviendas.
En el pasado, el lugar donde ahora se encuentra el cuerpo residencial tenía una estructura de tamaño medio hecha de sillares unidos con mortero de cal. Esta estructura estaba dividida en dos pisos con forjados de madera. Se cree que esto ocurrió entre los años 1065 y 1095. Más tarde, hacia mediados del siglo XIII, el castillo alcanzó su máximo esplendor. En este momento se cambió la cubierta, se reparó la muralla sur, se construyó la capilla de Santa María y se levantó la torre del suroeste como fortificación. El linaje de Pinós, propietarios del castillo, lo hicieron su residencia habitual.
Durante la época bajomedieval, se realizaron varias reformas en el cuerpo residencial. Se repararon las paredes sur y norte, se abrieron ventanas y se pavimentó una zona con enlosado. Además, se construyó una chimenea adosada a la pared norte, con un aparato más simple.
También se construyó un lienzo de muralla que englobaría el recinto inferior y el soberano. Estas reformas datarían de mediados del siglo XIV, y se pueden ver restos de almenas y del paso de ronda.
En el siglo XVII, el castillo fue amortizado y abandonado, estando en manos de los duques de Alba.
El Castillo Fronterizo fue documentado por primera vez en 1068 y 1095. En 839, Saldes fue mencionado en el acta de consagración de la catedral de Santa María de Urgel. Durante los siglos XII al XV, hay más noticias históricas.
En 1370, se realizaron obras en el castillo. En el siglo XVII, el lugar pertenecía al Duque de Alba. En 1966, el Servicio de la Diputación de Barcelona llevó a cabo obras de excavación y restauración.
Desde aquí sólo podemos decir que el Castillo de Saldes es una de esas maravillas de España a la que merece mucho la pena acercarse. ¡Aprovecha la visita! Adiós.